La Racha

La Racha

Me gusta mucho cómo se escucha: la racha. Aliteración abierta, con esa magia sonora que la “che” regala siempre que aparece, como por sorpresa, dentro de una expresión. Me encanta que una palabra tan cortita contenga muchos eventos entrelazados entre sí, relacionados, casi consecutivos. Y me encanta que la racha sea de cosas buenas.

Comencé a pensar en esta palabrita un viernes de fines de marzo, casi a la hora de la salida. Uno de esos días en que sientes que el cerebro no te da para más trabajo y necesitas aire fresco (también a los directores les pasa). Así que decidí interrumpir mi trabajo un momento y salir a pasear por la secu para visitar proyectos, talleres y clases de una semana menguante.

Si dentro de mi oficina me sentía cansado y fastidiado, el paseo por los salones y pasillos fue elixir curativo, y hasta azucarado. Mientras veía a mis alumnos y alumnas trabajando en las mesas, dialogando y escribiendo, tirados de panza diseñando gigantografías, o dibujando ojos de brillos enigmáticos, comencé a darme cuenta de lo contento y satisfecho que me siento de ustedes, mis alumnos y alumnas, y su trabajo.

La racha, por supuesto, no había comenzado en ese momento. En ese entonces acababa de regresar de San Luis Potosí, acompañando a la delegación del intercolegial de básquet y vóley, del que habíamos regresado todos con medalla, y un primer lugar en básquet bol que nos llenó de orgullo. Pero luego recordé que un poco antes nuestro equipo de básquet había ganado el torneo del Instituto Tepeyac. ¡Espera! Lo mitad de nuestro equipo de vóley bol, que no pudo ir a San Luis, había ganado el torneo estatal de la SEJ… ¡Ah! Y Celina, de tercero, había quedado campeona en el torneo estatal de Vólibol Playero, del CODE. Bueno, y también acababa de pasar el Intercollegiate Spelling Bee, en el colegio Teresiano. Nuestra participación fue muy buena, y Mafer de primero ganó el primer lugar en su categoría.

Me di cuenta que la racha no había terminado, pues estaba conectada estrechamente con lo que veía yo en los pasillos. Con el aprendizaje situado. Con aquellos chicos que se hicieron cargo de talleres para alumnos de 6°, en el “Vive la Secu”. Con las presentaciones de obras literarias, las foto-frases de los derechos del niño, con los proyectos de ciencia y las animaciones de informática. Con la organización excelente del torneo interno de fut-voly y básquet. Porque los éxitos no son otra cosa sino el resultado del trabajo cotidiano. Y me sentí muy afortunado de compartir esta experiencia con toda la secundaria: alumnos, profes y padres de familia.

La racha no se ha terminado, supongo. Pero he querido dejar este relato por escrito para recordarla en días más ajetreados, o más difíciles. Por lo pronto, sigamos trabajando en las pequeñas o grandes responsabilidades cotidianas.

Pepe Bustamante. Director de Secundaria.

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